martes, 31 de enero de 2012

#308

El corazón quiere lo que el corazón desea
Me vino a la cabeza una expresión que había leído en alguna parte. No recordaba de dónde procedía, pero quien lo hubiese escrito había acertado de lleno. Si él era una enfermedad, entonces yo no quería curarme. Si la atracción que sentía por él constituía un delito que tal vez podría merecer un castigo divino, que así fuera: que cayera sobre mí, no me importaba.-

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